6 de noviembre de 2013

Potencial para cada dia


"Al que puede hacer muchísimo más de todo lo que podemos imaginarnos o pedir, por el poder que obra eficazmente en nosotros". Ef. 3:20

El sitio más rico en este planeta no son los campos petrolíferos de Kuwait, Irak o Arabia Saudita. Tampoco las minas de oro y diamantes de Sud África, las minas de uranio de Rusia o las minas de plata de África.

Aunque pueda sorprenderlos, los depósitos más ricos de nuestro planeta están a pocas cuadras de su casa. Descansan en el cementerio de nuestro cementerio local. Enterrados debajo de la tierra, dentro de las paredes de esos terrenos sagrados, están los sueños que nunca se cumplieron, las canciones que no fueron cantadas, los libros que nunca se escribieron, los cuadros que no se pintaron, las ideas que nunca fueron expresadas, las visiones que no se hicieron realidad, los inventos que nunca fueron diseñados, los planes que no llegaron  más allá del tablero de la mente y los propósitos que nunca se cumplieron. Nuestros cementerios están llenos del potencial que quedo en potencial. ¡Qué tragedia!

En ti amigo lector, está la riqueza del potencial. Tú debes decidir si continuarás robándole al mundo, o si lo bendecirás con los recursos ricos, valiosos, potentes, aun no explotados que se encuentran escondidos en tu interior.

Gracias por leerme.

5 de noviembre de 2013

“Porque todo aquel que invocare el nombre del Señor, será salvo” (Rom_10:13)

Nadie puede realmente invocar el Nombre del Señor y no ser salvo. Esta invocación sincera y desesperada nunca queda sin respuesta. Cuando llegamos al final de nuestros propios recursos y abandonamos toda esperanza de salvarnos, cuando no tenemos a donde recurrir sino hacia arriba y en ese momento dirigimos al Señor un desolado llamamiento, escuchará y responderá.
Un joven Sikh llamado Sadhu Sundar Singh, determinó que si no encontraba paz, se quitaría la vida. Oró de esta manera: “Oh Dios, si hay un Dios, revélate a mí esta noche”. (Había estado en un colegio con maestras cristianas). Si no recibía una respuesta en siete horas le pondría fin a su vida en los rieles del siguiente tren que iba a Lahore.
En las primeras horas de la mañana, tuvo un sueño en el que Jesús entraba a su habitación y le decía en Indostaní: “Estabas orando para conocer el camino correcto. ¿Por qué no lo tomas? Yo soy el camino”.
Corrió a la habitación de su padre y le dijo: “Soy cristiano. No puedo servir a nadie más sino a Jesús. Hasta el día que muera, mi vida es Suya”.

Nunca he sabido de alguien que invocara el nombre del Señor con toda sinceridad de corazón que no fuera oído. Por supuesto, existen aquellos que oran al Señor cuando están en apuros, que prometen vivir para él si los libera y lo olvidan una vez que la presión desaparece. Pero Dios conoce sus corazones; sabe que fueron solamente astutos oportunistas y que jamás hicieron un genuino compromiso de corazón con él.

Persiste el hecho que Dios siempre contesta de alguna manera a aquel que lo busca desesperadamente. En países donde la Biblia no está disponible fácilmente, puede usar sueños. En otra parte puede hacerlo mediante una porción de las Escrituras, a través del testimonio personal, sirviéndose de literatura cristiana o con la ayuda de la coincidencia milagrosa de las circunstancias.
De este modo, en un sentido muy real, es verdad que “aquél que busca a Dios ya lo ha encontrado”. ¡Eso es seguro!