26 de febrero de 2014

El fin de la conquista y el principio de la humildad

"El la historia de América Latina, el concepto de conquista sigue presente en el inconsciente colectivo de nuestros pueblos. Los libros de historia de nuestro vasto continente registran escenas incendiarias de la cristianización católico-romana del maya, el guaraní, el  jíbaro, el inca y el azteca. Sin embargo, los seguidores de Jesús continuamos usando ese lenguaje. Un lenguaje que sin discusión, en la Biblia es parte del vocabulario del Antigua Testamento, pero no está en el Nuevo ni en el de Jesús, y no me refiero a las palabras sino a conceptos.

El mejor líder de la historia no habló de conquistar, pero sí de servir, y su influencia, a través de veinte siglos de historia humana nos sigue susurrando al oído que debemos abandonar esa conceptualización del liderazgo. Nadie quiere ser conquistado, pero todos quieren ser servidos, y esa es la puerta abierta a la relevancia y la influencia.

Si liderazgo es sinónimo de influencia, el liderazgo cristiano tiene que ver con ejercitar la influencia de Cristo y no la de nosotros en la vida de otra persona, y la clave es no intentar conquistarlos sino servirlos.

Lo que sucede es que una influencia que está enraizada en el servicio y no en la posición nace básicamente de un corazón humilde. Allí comienza todo, porque Jesús precisamente lo deja todo para venir a servir". 


(El mejor líder de la historia - Lucas Leys)

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